Barranco del Horcajo

La tormenta dejó nevadas las cumbres y mucha agua en la ruta del barranco del Horcajo. “un barranco excavado en la misma caliza para dejar paso a los impresionantes farallones del Tajo”
La ruta se sitúa muy cerca de Peralejos de las Truchas, más concretamente aguas abajo en el Puente de Martinete, donde nos sale la pista que nos lleva a la Laguna de Taravilla. Es una ruta circular, de algo más de 6 km. que buenamente se puede hacer en 3 horas (incluyendo paradas y almuerzo corto). Existen dos puntos donde dejar el coche, (si vais en dos coches, mejor que mejor, así dejáis uno en cada punto y os ahorráis el pateo).

La primera parte del recorrido nos llevará hasta el comienzo del barranco del horcajo, es monótona y sin excesivo interés. Se efectúa por una pista ancha y sólo si te acompaña la suerte y has sido madrugador podrás hacer alguna observación faunística destacable (ciervo, corzo, gamo…). Es quizás el mejor tramo para trabajar el “macro” en busca de insectos, flores u otros elementos que normalmente pasan desapercibidos. Por lo que una buena época para realizar la salida sea en primavera para aprovechar la abundancia de insectos y flores.


Tras sobrepasar el collado y llegar a la vaguada del barranco, el carril se desvía y deberemos coger el sendero (bien marcado) que nos adentrará al barranco del Horcajo.

La ruta, gana atractivo a cada paso, y enseguida te sientes engullido en el precioso barranco calizo, de paredes verticales y vegetación exuberante. Entramos en la umbría, donde nos acompañará el boj (Buxus sempervirens) en todo el recorrido como arbusto más importante. La frescura del barranco y su arroyo ofrece el marco perfecto para la proliferación de Acebos, mostajos, tilos o arces. Que en la preciosa época otoñal se visten de las mejores galas.

Conviene, de vez en cuando, acercarse al arroyo en busca de alguna cascadita, o algún rincón digno de fotografiar, que en todo el recorrido son abundantes. El ambiente brumoso, las aguas cristalinas y la abundancia de musgo, condicionan un resultado espectacular en las fotografías.

Si la época es invernal, el hielo cobrará protagonismo moldeando el agua a su antojo y ofreciendo preciosas formaciones.

Tras la estrechez y el angosto camino, pronto se abre el barranco para ofrecernos unas vistas inmejorables de los farallones del Tajo y su caudaloso río.

La ruta ahora, dará un giro aguas arriba del Tajo, por un sendero de agradable paseo entre boj y pinos y las salpicaduras de algunas frondosas.

No son muchas las ocasiones para acercarse a las aguas del Tajo, pero la tentación es mucha y me aventuro sobre alguna roca para llevarme un buen recuerdo.

Aguas cristalinas, de tonos verdosos imposibles y escurridizas truchas nos completan el paisaje del Alto Tajo, y dotan a la ruta de más puntos a su favor.

El sendero sigue aguas arriba hasta llegar a la carretera (punto 1 del mapa), momento de echar un buen trago y afrontar el “subidón” por la carretera hasta el emplazamiento del coche.

Sea quizás este tramo por la carretera y el primero monótono camino hasta las puertas del barranco lo que rebajan la puntuación de la ruta, que resulta muy atractiva en sus dos barrancos, tanto en forma paisajística como botánica. Así pues, y aunque sendos barrancos obtengan un sobresaliente, la ruta en general se queda con un notable 7,5 sobre 10 debido a los dos tramos de enlace carentes de interés.


Las dos mejores épocas, sin duda son la primavera y el otoño, por su buen colorido, abundancia de agua y mejor temperatura.

El invierno, aunque no sea destacable, también puede aportar algo de interés, ya sea por el hielo o la nieve, aunque encontraremos todas las caducas desnudas de hojas.

La opción de realizarla en la época veraniega, en mi opinión es desaconsejable, aunque a veces, sólo nos queda esta opción, así que lo mejor es madrugar para evitarte el calor.

Conveniente llevar agua (no existen fuentes) y buen calzado.

Como material fotográfico, si se tiene, imprescindible trípode, pues los rincones del barranco son umbrosos y nos evitaremos trepidaciones y fotos borrosas, además de poder trabajar la sedosidad del agua con largas exposiciones.

El polarizador también puede ser un buen aliado para eliminar reflejos y saturar cielos.

Y si se dispone de degradado, mejor que mejor, pues veremos situaciones que lo requieran.

Un gran angular y un macro imprescindibles, y el teleobjetivo opcional por si saltara algún buitre de las cornisas o bien nos topáramos con algún cérvido.


La nieve es más bien anecdótica, la sierra está seca, y pidiendo a cada momento un invierno rico en nieve. De momento el hielo en invierno es el principal protagonista.

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Las noches son largas y frías, por contraposición de un día corto y soleado. Los principales ríos, arroyos y gotiales de la sierra están de todas formas preciosos en cualquier momento y temporada

Como podéis ver al río Tajo a su paso por la vega es un auténtico cubito, algo por el contrario normal para las fechas. Así apuntan también el Hoz seca, el Guadalaviar, el Gallo y el Río Blanco. Así como numerosos manantiales, gotiales y fuentes.

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